lunes, 16 de junio de 2008

Reflexión discurso narrativo

A diferencia de la crónica, el discurso narrativo puede contar hechos reales o imaginarios e incluso ambas situaciones pueden encontrarse en una misma narración. Uno de los personajes más importantes dentro del género, sin duda es el narrador. Walter Benjamín nos dice con respecto a este punto, que está figura está prácticamente en extinción, siendo cada vez más difícil encontrar a alguien capaz de narrarnos algo. El mismo autor añade “el que narra es un hombre que tiene consejos para el que escucha. Y aunque hoy el «saber consejo» nos suene pasado de moda, eso se debe a la circunstancia de una menguante comunicabilidad de la experiencia”. No será fácil refutar este argumento ya que no hay dudas que con el correr de los años se ha perdido esa vieja costumbre, mucho más común entre la gente de campo, de transmitir experiencias a través de la narración de historias, en general, por parte de las personas mayores del pueblo o de la propia familia.
En contraste Alvarado y Yeannoteguy indican que no hay cultura que no organice el conocimiento en forma narrativa y no lo transmita a través de los relatos.
Por otra parte, Jerome Bruner sostiene que la narrativa es una dialéctica entre lo que se esperaba y lo que sucedió, entre lo previsible y lo excitante, entre lo canónico y lo posible, entre la memoria y la imaginación.
Acerca del cuento, Ricardo Piglia nos dice que siempre se contarán dos historias y que cada cuento es un relato que encierra un relato secreto.
Otra de las características del discurso narrativo, es la de contar los hechos de una forma más o menos organizada pudiendo ser contada en primer, segunda o tercera persona. Walter Benjamín, nos dice que narrar historias siempre ha sido el arte de seguir contándolas y este arte se pierde si ya no hay capacidad de retenerlas y casi nada de lo que acontece beneficia a la narración y casi todo a la información. Punto con el que muchos podemos estar de acuerdo.

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